Tesla (TSLA) anunció cifras de entregas globales récord para el tercer trimestre, impulsadas en gran medida por la inminente finalización del crédito fiscal federal de $7,500 en Estados Unidos, que motivó a los compradores a adelantar sus decisiones. Sin embargo, este éxito a corto plazo enmascara una creciente incertidumbre sobre el futuro de la demanda de vehículos eléctricos en un mercado sin los incentivos del gobierno.
Cifras que superan las expectativas
La compañía informó que las entregas del tercer trimestre alcanzaron las 497,099 unidades, superando con creces las estimaciones de los analistas de Bloomberg, que rondaban las 439,800, y las 462,890 unidades entregadas en el mismo período del año anterior. Tesla destacó que este número representa un nuevo récord trimestral para la empresa. En cuanto a la producción, se fabricaron un total de 447,450 vehículos a nivel global. Además, la compañía desplegó una cifra récord de 12.5 gigawatts-hora en productos de almacenamiento de energía. Tras el anuncio, las acciones de Tesla subieron más de un 1% en las operaciones previas a la apertura del mercado del viernes, recuperándose de una caída de más del 5% el día anterior.
Un impulso en todo el sector
Este auge no fue exclusivo de Tesla. Fabricantes como General Motors (GM), Ford (F) y Rivian (RIVN) también registraron un fuerte aumento en sus ventas de vehículos eléctricos. La razón es clara: los consumidores se apuraron a concretar sus compras después de que el gobierno estadounidense, con mayoría republicana, decidiera eliminar gradualmente el crédito fiscal federal. Este panorama contrasta con el pronóstico pesimista emitido por Rivian, que pone de relieve el temor que se vive en la industria ante un futuro sin el colchón de los subsidios gubernamentales.
La incertidumbre post-subsidio
El gran interrogante para la industria ahora es qué tan profunda será la caída de las ventas en un mercado sin el incentivo fiscal. Garrett Nelson, analista de CFRA, advirtió sobre el optimismo desmedido: “Aunque los números fueron mejores de lo esperado, es importante destacar que los datos miran hacia el pasado”. Y agregó: “De cara al futuro, creemos que todavía hay grandes preguntas sobre el impacto en las ganancias de los cambios legislativos y sobre la demanda de vehículos eléctricos en un mercado estadounidense sin subsidios, especialmente considerando la falta de nuevos modelos de vehículos de Tesla”. El propio CEO de la compañía, Elon Musk, ya había advertido tras los resultados del segundo trimestre que a Tesla le esperaban “algunos trimestres difíciles”.
Más allá de los autos: La gran apuesta por la inteligencia artificial
A pesar de las cifras positivas, las acciones de Tesla mostraron volatilidad, lo que refleja un debate más profundo sobre la valoración de la empresa. La crítica principal es que el precio de sus acciones está disociado de su negocio real de venta de autos. Sin embargo, la respuesta de sus directivos y seguidores es contundente: Tesla no es una empresa de autos, y no debería cotizar como tal. Este argumento se apoya en los ambiciosos planes de la compañía para redefinirse como un gigante de la inteligencia artificial (IA) y la robótica, una transición que ha cobrado fuerza en medio de un año complicado, marcado en parte por la reacción pública a las polémicas de Elon Musk.
El futuro: Robotaxis y una nueva dependencia
Los inversores tienen la mira puesta en los planes de producción del “Cybercab”, el vehículo autónomo que será el corazón de su futuro servicio de robotaxi. La compañía planea comenzar a fabricarlos el próximo año, y los más optimistas esperan que esto represente un cambio de paradigma. “La valoración basada en la IA comenzará a desbloquearse en la historia de Tesla, y creemos que el camino hacia una valoración impulsada por la IA para TSLA en los próximos seis a nueve meses ya ha comenzado”, afirmó Dan Ives, analista de Wedbush y un conocido optimista sobre Tesla.
Lo más llamativo es que, incluso cuando la compañía se despide de los beneficios fiscales, sus pronósticos más optimistas dependen, y quizás dan por sentado, otro tipo de asistencia gubernamental para poder alcanzar las valoraciones multimillonarias que proyectan sus defensores.
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