En una jugada que consolida aún más su posición hegemónica en el sector tecnológico, Nvidia (NVDA) anunció este miércoles por la tarde un acuerdo estratégico con el fabricante de chips de inteligencia artificial Groq. La operación implica que el gigante de Silicon Valley licenciará tecnología clave de inferencia de la startup y, quizás más importante aún, incorporará a sus filas a gran parte de la cúpula directiva de la empresa emergente.
Una adquisición de talento y tecnología clave
Aunque reportes previos de la CNBC sugerían que Nvidia desembolsaría unos 20.000 millones de dólares para comprar Groq en su totalidad, el acuerdo final se perfiló de manera diferente. Groq confirmó a través de un comunicado de prensa que ha cerrado un trato de licencia no exclusiva con Nvidia. Como parte de este movimiento, el fundador y CEO de Groq, Jonathan Ross, junto con el presidente Sunny Madra y otros empleados clave, pasarán a formar parte de la plantilla de Nvidia.
Groq continuará operando como una compañía independiente, con su actual CFO, Simon Edwards, asumiendo el rol de director ejecutivo. Específicamente, el negocio de la nube de Groq no forma parte del trato, aunque gran parte de los activos tecnológicos parecen estar migrando hacia las manos de Nvidia. Si bien no se revelaron los términos financieros exactos de la contratación y el licenciamiento, los medios siguen barajando la cifra de los 20.000 millones, aunque no está claro si se trata de un pago único o si incluye hitos a futuro.
La amenaza de los chips personalizados
Este movimiento no es casualidad. Groq fue fundada en 2016 por los creadores de la unidad de procesamiento tensorial (TPU) de Google. De hecho, los chips personalizados de Google, desarrollados junto con Broadcom, compiten directamente con las unidades de procesamiento gráfico de Nvidia en ciertas tareas de inteligencia artificial. Groq se especializa en unidades de procesamiento de lenguaje (LPU), diseñadas para ejecutar los grandes modelos de lenguaje que impulsan la IA actual.
La valoración de Groq rondaba los 6.900 millones de dólares en una ronda de financiación hace apenas tres meses. Al absorber este talento y tecnología, Nvidia parece estar blindándose ante la amenaza competitiva que representan los chips personalizados de otros gigantes como Google. Tras conocerse la noticia y en una jornada de operaciones reducida por la víspera de Navidad, las acciones de Nvidia retrocedieron levemente, mientras que Alphabet y Broadcom se mantuvieron prácticamente planas.
De las placas de video al centro del universo IA
Para poner en perspectiva el ascenso meteórico de la compañía dirigida por Jensen Huang, basta con mirar el espejo retrovisor. Durante los años de la pandemia, Nvidia era vista principalmente como una historia de éxito vinculada a las tarjetas gráficas para gaming. En noviembre de 2021, sus acciones cotizaban alrededor de 32 dólares (ajustado por el split), una cifra que hoy apenas alcanzaría para un par de combos en una casa de comidas rápidas.
Si bien ya era una tecnológica sólida con una capitalización de 81.000 millones de dólares, estaba lejos de ser la columna vertebral de la economía moderna. Todo cambió a finales de 2022 con el lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI. Casi de la noche a la mañana, Nvidia dejó de ser una apuesta tecnológica de nicho para convertirse en una pieza de misión crítica en una nueva era de la computación.
Entre 2024 y 2025, la capitalización de mercado de la firma superó los 3 billones de dólares (trillions, en la escala estadounidense) y posteriormente rompió la barrera de los 4 billones, valiendo 50 veces más que a finales de 2021. Para graficarlo mejor: una apuesta de 10.000 dólares en Nvidia hace tres años podría valer hoy la desorbitante cifra de 123.000 dólares, lo que representa una ganancia del 1.132%.
Proyecciones alcistas para 2026
Este telón de fondo, donde Nvidia actúa como el habilitador crítico de la carrera armamentista de la IA, explica por qué analistas veteranos como Dan Ives siguen insistiendo con tanto optimismo. Ives sostiene que el mercado todavía está subestimando la duración y la magnitud de esta expansión de infraestructura de inteligencia artificial.
El analista ha fijado un precio objetivo base de 250 dólares para las acciones de Nvidia para finales de 2026. Teniendo en cuenta que el papel cotiza actualmente en 187,67 dólares, esto representaría una ganancia potencial del 33%. Según su visión, la narrativa de crecimiento continúa expandiéndose y, con movimientos estratégicos como el acuerdo con Groq, la empresa parece decidida a no ceder ni un centímetro de su liderazgo.
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